El imperio carolingio (800 - 987) supuso la aparición de un arte oficial, de carácter cortesano, asociado a la figura del emperador Carlomagno.
Este arte va a utilizar las formas del arte romano tardío y las bizantinas, gracias a los contactos con Rávena y Bizancio. A pesar de ésto, la arquitectura carolingia adquirió un carácter propio al crear nuevas tipologías como el palacio imperial o el monasterio.
Esta es la capilla palatina de Aquisgrán (790-805). Fue proyectada por Otón de Metz y se inspira en la planta centralizada de la iglesia de San Vital de Rávena, pero sus bóvedas y pilares macizos responden a una ejecución románica. Es el sepulcro del emperador.
Tiene una planta centralizada. Traza un octógono central, rodeado por una nave cuyos muros externos forman un polígono de dieciséis lados. En cada ángulo hay un pilar macizo que se prolonga hasta soportar tres niveles de arcadas.
El octógono central está coronado por cúpula de piedra, que se sostiene gracias al contrarresto que ejercen las pesadas bóvedas de crucerías del piso inferior, y las de cañón de los pisos superiores.
Este es el interior del edificio.
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