La arquitectura barroca busca constantemente el movimiento, que se consigue con fachadas ondulantes, columnas salomónicas, balcones y tribunas que combinan curvas, entrantes y salientes.
Las plantas son centralizadas. Pueden ser elípticas, ovales y, en general, de formas geométricas.
Las columnas se utilizan tanto para decorar fachadas como para producir efecto de perspectiva. Se suelen combinar con pilastras.
La sensación de movimiento en las paredes se logra con la alternancia de elementos rectos y curvos, con entrantes y salientes, alternancia de paredes cóncavas y convexas, de superficies onduladas.
Hay remates en las portadas, volutas, techos abovedados con complejos esquemas geométricos.
En las fachadas se utilizan órdenes colosales acoplados o superpuestos.
Los edificios tienen una abundante decoración en el interior. Suelen tener atrios y escaleras.
Las iglesias suponen el triunfo de la fe sobre la herejía protestante.
Todo está decorado con gran suntuosidad, para glorificar a Dios.
Hay gran variedad de plantas:
La planta basilical es la más frecuente. Tiene una sola nave, con capillas laterales, un simple ábside y cúpula sobre crucero. Así se logra el acercamiento de los fieles al púlpito.
Los grandes templos prefieren el esquema longitudinal o de cruz latina, con un centro marcado con una cúpula.
Las iglesias de pequeño tamaño tienen plantas centralizadas, que pueden tener formas ovales, elípticas, circulares o cruciformes.
La fachada de la iglesia se integra en el espacio público.
Suelen aprovechar los desniveles del terreno para construir las monumentales escaleras típicas del barroco.
El prototipo urbanístico del barroco surgió en Roma, con las propuestas de Sixto V, que Domenico Fontana puso en práctica. Son calles anchas y rectas que conducían a los lugares santos de la ciudad, uniendo las grandes basílicas de Roma.
También intervino en Roma Gian Lorenzo Bernini, que construyó la plaza de San Pedro (1.656-1.667).
Se trata de una elipse rodeada por una gran columnata cuádruple de columnas dóricas, que une la iglesia con dos alas inclinadas.
La plaza simboliza el abrazo de acogimiento de la Iglesia a todo el mundo.
El urbanista barroco se basa en el criterio de ordenación y uniformidad, y en el antiguo sistema de tablero o en el radial.
Durante el Barroco, Roma es el centro artístico.
En el s. XVII destacan Maderno, Bernini y Borromini.
1.- Carlo Maderno.Es el primer arquitecto barroco italiano.
Recibió el encargo del papa Pablo V de terminar la catedral de San Pedro: la fachada y el cuerpo longitudinal.
Transformo la estructura de Bramante de una planta central en un esquema longitudinal.
Otra obra suya es la Iglesia de Santa Susana, que sigue la estructura de la iglesia de Gesú, pero enriquecida con una decoración más suntuosa.
2.- Gian Lorenzo Bernini.
Es el genio del s. XVII. Practicó todas las artes, pero él mismo se consideró escultor.
En su estilo arquitectónico busca:
Tras la muerte de Maderno, Bernini fue llamado para terminar la obra de San Pedro del Vaticano. Su primera obra fue el baldaquino (1.642-1.633), encargado por Urbano VIII y situado en el crucero.
En ésta obra conjuga arquitectura, pintura y escultura. Es un altar de bronce sostenido por columnas salomónicas de capitel compuesto. Sobre las volutas se sitúa un entablamento curvado, coronado por un dosel con ángeles y volutas que se reunen en el centro para sostener el globo terráqueo y la cruz.
El bronce contrasta con el cromatismo de los muros.
Bernini prefiere la planta centralizada, ya sea de cruz griega, circular u oval, para sus iglesias.
En las fachadas utiliza pórticos de columnas coronados por un frontón, como en la iglesia de San Andrés de Quirinal.
También funde el espacio natural y el espacio urbano en Roma, al llena a la ciudad de fuentes, que contribuyen a la articulación y la decoración de la urbe. Destaca la Fuente de los Cuatro Ríos, en la plaza Navona.
3.- Francesco Borromini.Borromini fue colaborador y competidor de Bernini y su obra se contrapone a la de él.
Su estilo arquitectónico se basa en la fantasía, en lo dramático y en la expresión arquitectónica del movimiento.
Su técnica es ansiosa y ornamentada.
Inventa elementos nuevos y formas novedosas en los capiteles (ej, capiteles con volutas al revés).
Los entablamentos y cornisas son ondulados, con remates y ritmos cóncavos y convexos.
Sus edificios tienen plantas complejas y geométricas, pero son de tamaño y de materiales más modestos porque trabaja para órdenes religiosas, por lo que no tiene muchos recursos y apoyos.
Sus edificios transgreden las reglas de los órdenes para crear nuevas proporciones y motivos ornamentales.
Explota las posibilidades ilusorias de la perspectiva, de la que se sirve para reducir el espacio.
Convierte aplicaciones decorativas (querubines alados, coronas de laurel y festones) en elementos fascinantes y estructurales.
También emplea elementos decorativos geométricos en relieve, que combina con elementos de la naturaleza orgánica.
Realizó adornos policromos en estuco blanco.
Utiliza también elementos medievales, como pináculos, bóvedas nervadas, arcos mixtilíneos.
Su obra maestra es San Carlo alle Quattro Fontane.
El exterior.- La fachada está divida en dos pisos separadas por un entablamento y, para dar un carácter unitario al conjunto, en ambos combinó columnas normales y de orden gigante.
La Planta es un su esencia un óvalo sobre el que se erige un espacio intricado en el que todos los elementos, sinuosos y ondulantes, se compenetran para conferir dramatismo al conjunto.
En el interior hay 16 columnas gigantescas de orden compuesto y un entablamento que sigue las formas de la planta. Encima hay un espacio intermedio formado por arcos de medio punto y pechinas que sostienen una cúpul a, de forma oval, rodeada de casetones geométricos (hexágonos, octógonos y cruces.). Los casetones disminuyen de tamaño siguiendo las leyes de perspectiva y contribuyen a dar la sensación de mayor altura. Las ventanas, situadas directamente sobre la viga maestra y semiocultas por la decoración, contribuyen a crear el efecto de que la cúpula – con una linterna central- brilla suspendida sobre el espacio de la iglesia.
Filipo Juvara es el del siglo XVIII. Domina el estilo renacentista y el barroco. Está influido por Bernini y Borromini. Su obra maestra es la Basílica de Superga en Turín.
Las plantas son centralizadas. Pueden ser elípticas, ovales y, en general, de formas geométricas.
Las columnas se utilizan tanto para decorar fachadas como para producir efecto de perspectiva. Se suelen combinar con pilastras.
La sensación de movimiento en las paredes se logra con la alternancia de elementos rectos y curvos, con entrantes y salientes, alternancia de paredes cóncavas y convexas, de superficies onduladas.
Hay remates en las portadas, volutas, techos abovedados con complejos esquemas geométricos.
En las fachadas se utilizan órdenes colosales acoplados o superpuestos.
Los edificios tienen una abundante decoración en el interior. Suelen tener atrios y escaleras.
Las iglesias suponen el triunfo de la fe sobre la herejía protestante.
Todo está decorado con gran suntuosidad, para glorificar a Dios.
Hay gran variedad de plantas:
La planta basilical es la más frecuente. Tiene una sola nave, con capillas laterales, un simple ábside y cúpula sobre crucero. Así se logra el acercamiento de los fieles al púlpito.
Los grandes templos prefieren el esquema longitudinal o de cruz latina, con un centro marcado con una cúpula.
Las iglesias de pequeño tamaño tienen plantas centralizadas, que pueden tener formas ovales, elípticas, circulares o cruciformes.
La fachada de la iglesia se integra en el espacio público.
Suelen aprovechar los desniveles del terreno para construir las monumentales escaleras típicas del barroco.
El prototipo urbanístico del barroco surgió en Roma, con las propuestas de Sixto V, que Domenico Fontana puso en práctica. Son calles anchas y rectas que conducían a los lugares santos de la ciudad, uniendo las grandes basílicas de Roma.
También intervino en Roma Gian Lorenzo Bernini, que construyó la plaza de San Pedro (1.656-1.667).
Se trata de una elipse rodeada por una gran columnata cuádruple de columnas dóricas, que une la iglesia con dos alas inclinadas.
La plaza simboliza el abrazo de acogimiento de la Iglesia a todo el mundo.
El urbanista barroco se basa en el criterio de ordenación y uniformidad, y en el antiguo sistema de tablero o en el radial.
Durante el Barroco, Roma es el centro artístico.
En el s. XVII destacan Maderno, Bernini y Borromini.
1.- Carlo Maderno.Es el primer arquitecto barroco italiano.
Recibió el encargo del papa Pablo V de terminar la catedral de San Pedro: la fachada y el cuerpo longitudinal.
Transformo la estructura de Bramante de una planta central en un esquema longitudinal.
Otra obra suya es la Iglesia de Santa Susana, que sigue la estructura de la iglesia de Gesú, pero enriquecida con una decoración más suntuosa.
2.- Gian Lorenzo Bernini.
Es el genio del s. XVII. Practicó todas las artes, pero él mismo se consideró escultor.
En su estilo arquitectónico busca:
- la grandeza,
- la clara distribución de las masas,
- la rica ornamentación policroma de sus interiores,
- los solemnes pórticos,
- la superposición de órdenes colosales.
Tras la muerte de Maderno, Bernini fue llamado para terminar la obra de San Pedro del Vaticano. Su primera obra fue el baldaquino (1.642-1.633), encargado por Urbano VIII y situado en el crucero.
En ésta obra conjuga arquitectura, pintura y escultura. Es un altar de bronce sostenido por columnas salomónicas de capitel compuesto. Sobre las volutas se sitúa un entablamento curvado, coronado por un dosel con ángeles y volutas que se reunen en el centro para sostener el globo terráqueo y la cruz.
El bronce contrasta con el cromatismo de los muros.
Bernini prefiere la planta centralizada, ya sea de cruz griega, circular u oval, para sus iglesias.
En las fachadas utiliza pórticos de columnas coronados por un frontón, como en la iglesia de San Andrés de Quirinal.
También funde el espacio natural y el espacio urbano en Roma, al llena a la ciudad de fuentes, que contribuyen a la articulación y la decoración de la urbe. Destaca la Fuente de los Cuatro Ríos, en la plaza Navona.
la iglesia de Castelgandolfo,
y la escalera regia del Vaticano.
3.- Francesco Borromini.Borromini fue colaborador y competidor de Bernini y su obra se contrapone a la de él.
Su estilo arquitectónico se basa en la fantasía, en lo dramático y en la expresión arquitectónica del movimiento.
Su técnica es ansiosa y ornamentada.
Inventa elementos nuevos y formas novedosas en los capiteles (ej, capiteles con volutas al revés).
Los entablamentos y cornisas son ondulados, con remates y ritmos cóncavos y convexos.
Sus edificios tienen plantas complejas y geométricas, pero son de tamaño y de materiales más modestos porque trabaja para órdenes religiosas, por lo que no tiene muchos recursos y apoyos.
Sus edificios transgreden las reglas de los órdenes para crear nuevas proporciones y motivos ornamentales.
Explota las posibilidades ilusorias de la perspectiva, de la que se sirve para reducir el espacio.
Convierte aplicaciones decorativas (querubines alados, coronas de laurel y festones) en elementos fascinantes y estructurales.
También emplea elementos decorativos geométricos en relieve, que combina con elementos de la naturaleza orgánica.
Realizó adornos policromos en estuco blanco.
Utiliza también elementos medievales, como pináculos, bóvedas nervadas, arcos mixtilíneos.
Su obra maestra es San Carlo alle Quattro Fontane.
El exterior.- La fachada está divida en dos pisos separadas por un entablamento y, para dar un carácter unitario al conjunto, en ambos combinó columnas normales y de orden gigante.
El movimiento ondulante encuentra su máxima manifestación en los entrante y salientes cóncavos y convexos.
La Planta es un su esencia un óvalo sobre el que se erige un espacio intricado en el que todos los elementos, sinuosos y ondulantes, se compenetran para conferir dramatismo al conjunto.
En el interior hay 16 columnas gigantescas de orden compuesto y un entablamento que sigue las formas de la planta. Encima hay un espacio intermedio formado por arcos de medio punto y pechinas que sostienen una cúpul a, de forma oval, rodeada de casetones geométricos (hexágonos, octógonos y cruces.). Los casetones disminuyen de tamaño siguiendo las leyes de perspectiva y contribuyen a dar la sensación de mayor altura. Las ventanas, situadas directamente sobre la viga maestra y semiocultas por la decoración, contribuyen a crear el efecto de que la cúpula – con una linterna central- brilla suspendida sobre el espacio de la iglesia.
En la región del Piamonte, destacan los arquitectos Guarini y Juvara.
Guarino Guarini continúo con el estilo de Borromini y su concepto de arquitectura dramática.
Prefiere plantas centrales y de forma circular, poligonal y estrellada.
Fascinado por la geometría y las matemáticas, introdujo una multiplicidad de planos entrecruzados, de curvas y contracurvas y separó sus bóvedas, combinando nervaduras entrelazadas que evocan la arquitectura árabe y gótica.
Guarino Guarini continúo con el estilo de Borromini y su concepto de arquitectura dramática.
Prefiere plantas centrales y de forma circular, poligonal y estrellada.
Fascinado por la geometría y las matemáticas, introdujo una multiplicidad de planos entrecruzados, de curvas y contracurvas y separó sus bóvedas, combinando nervaduras entrelazadas que evocan la arquitectura árabe y gótica.
Esta es la cúpula del Santo Sudario de Turín.
Filipo Juvara es el del siglo XVIII. Domina el estilo renacentista y el barroco. Está influido por Bernini y Borromini. Su obra maestra es la Basílica de Superga en Turín.
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